El aprendizaje visual es un pilar importante en el desarrollo de niños con autismo. Es clave, como indica Duch (2014), poder trabajar con una variedad de lenguajes (plástico, verbal e iconográfico) que facilitan el descubrimiento y ofrecen diferentes posibilidades de comunicación. El lenguaje de Símbolos Pictográficos de Comunicación (SPC) se compone principalmente de dibujos simples de objetos o acciones reconocibles. Suponen una gran ventaja para la comprensión al asemejarse a lo que representan en la realidad, facilitando su reconocimiento y asociación. El uso de este sistema de comunicación por pictogramas, además, fomenta la adquisición de destrezas de comunicación funcional (Bondy y Frost, 1994).
En 1981, Roxanna Mayer-Johnson elaboró un sistema de 300 pictogramas y definió unas pautas aún vigentes en la ampliación de este repertorio de símbolos. Los pictogramas se dividen en categorías diferenciadas por colores que ayudan a identificar la función de las palabras:
- Amarillo: personas incluyendo pronombres personales.
- Verde: verbos.
- Azul: descriptivos, principalmente adjetivos y algunos adverbios.
- Naranja: nombres, aquellos que no han sido incluidos en otras categorías.
- Blanco: miscelánea, principalmente artículos, conjunciones, preposiciones, conceptos de tiempo, colores, el alfabeto, números y otras palabras abstractas.
- Rosa: palabras de uso habitual en interacciones sociales.
Duch, R., Martínez, R., Miró, M., Pié, A. y Rodríguez, I. (2014). Trastornos del espectro autista (TEA). Dentro de Discapacidad, sobredotación intelectual y trastornos del espectro autista. (1a ed., p. 91-201). Barcelona: Universitat Oberta de Catalunya.
Mayer-Johnson, R. (1981). Símbolos pictográficos para la comunicación (no vocal). SPC. (Edición traducida al castellano) Madrid: FUNDESCO, 1995.